3. Cardiología

Coordinador: Dr. Juan Verdejo Paris


Hipertensión arterial: estrategias de manejo para el médico general

Dr. Rodrigo Gopar Nieto, Dr. Juan Verdejo Paris


Introducción

La hipertensión arterial sistémica es una de las enfermedades con mayor prevalencia en el mundo, llegando a estar presente en 30-45% de los adultos y en México en cerca de 25.5% de la población.6 Es de llamar la atención que a pesar de ser una enfermedad altamente prevalente, el diagnóstico no es conocido por los pacientes hasta en un 40% debido a desinformación y a defectos en las mediciones de la tensión arterial.1

Podemos distinguir dos tipos de hipertensión: la esencial tiene un patrón hereditario que aun cuando su mecanismo no se encuentra del todo dilucidado, permite reconocer con mucha frecuencia el antecedente de hipertensión arterial en uno o varios familiares; y la secundaria, que tiene una causa demostrable. Como ejemplos de esta última tenemos: renovascular, nefrogénica, endocrina, embarazo, coartación aórtica y la causada por el estado posquirúrgico inmediato.

Desde la década de los 60 se ha intentado elucidar las causas de esta enfermedad y el mejor manejo terapéutico posible, quedando siempre algunas dudas con respecto a las metas a lograr y el tratamiento farmacológico más óptimo. En este capítulo se revisarán aspectos sobre el diagnóstico y las recomendaciones actuales.

Modificaciones en el estilo de vida: elemento fundamental en el tratamiento de la hipertensión arterial

El primer paso, que constituye uno de los pilares en los que se asientan las intervenciones del médico, son las modificaciones en el estilo de vida. Dentro de éstas, tenemos las estrategias dietéticas, que incluyen a la dieta mediterránea, basada en el estudio PREDIMED, en donde se encontró una reducción de 29% en los eventos cardiovasculares (principalmente evento vascular cerebral), además de mejoría en las cifras de glucemia y lípidos.

La dieta mediterránea debe tener las siguientes características: alta en frutas frescas, vegetales verdes, granos enteros (cereales, pan, arroz y pasta), pescado rico en ácidos grasos omega-3, aceite de oliva, nueces; teniendo la siguiente proporción: grasas totales 32-35%, grasas saturadas 9-10%, fibra (27-37 g/día) y alta en ácidos grasos omega-3.

El régimen alimentario promovido por la dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension), ha demostrado la disminución de la tensión arterial sistólica en más de 5 mm Hg. Éste se basa en el consumo de una alta cantidad de vegetales, frutas, nueces, granos enteros y pescado, además de disminución en los productos lácteos y carnes rojas, teniendo como característica principal un alto consumo de potasio, magnesio y calcio.

Es de resaltar que el consumo de sodio ha sido motivo de controversia, principalmente porque en los estudios epidemiológicos se ha encontrado una distribución en J, la cual indica que tanto la ingesta de niveles bajos como altos provocan eventos cardiovasculares adversos. Debido a lo anterior, la Sociedad Europea de Cardiología propuso un consumo de sal no mayor de 5 gramos al día, es decir, lo equivalente a 2 g de sodio, mientras que la American Society of Hypertension recomendó consumir 4.7 g/día de este elemento. Por último, debemos dejar en claro que la base de la estrategia principal es no añadir sal a los alimentos, ya que éstos cuentan intrínsecamente con una cantidad definida de sodio, además de establecer estrategias sociales para disminuir o restringir su uso.

Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol se ha asociado con la aparición de desenlaces cardiovasculares adversos debido a su efecto presor. Las recomendaciones más actuales establecen que el consumo debe limitarse a 14 unidades/semana en hombres y 8 unidades/semana en mujeres, teniendo en cuenta que 1 unidad es equivalente a 125 mL de vino o 250 mL de cerveza. En cuanto a otras bebidas, hay que mencionar los efectos benéficos del café y del té negro o verde ya que se ha demostrado que pueden disminuir la tensión arterial de manera discreta. Por último, hay que desaconsejar el consumo de bebidas endulzadas debido a su alto contenido de sodio y a su relación con la aparición de sobrepreso, obesidad, síndrome metabólico y diabetes mellitus.

La obesidad y el sobrepeso se han asociado con mayor aparición de hipertensión arterial, ya que un índice de masa corporal (IMC) ≥ 25 kg/m2 aumenta el riesgo de elevación de la tensión arterial en 50%, además de tener asociación con el aumento en la mortalidad cardiovascular. Para la pérdida de peso se debe establecer un programa multidisciplinario que incluya información dietética, ejercicio regular, asesorías motivacionales, y en casos seleccionados, intervenciones bariátricas. Todas estas estrategias deben encaminarse para lograr un IMC entre 20 y 25 kg/m2, además de una circunferencia de cintura < 94 cm en hombres y < 80 cm en mujeres.

La actividad física aeróbica ha demostrado disminuir hasta en 8.3 mm Hg la tensión arterial sistólica y 5.2 mm Hg la diastólica en pacientes con hipertensión. Se recomienda que las personas hipertensas deben realizar al menos 30 min de actividad aeróbica de intensidad moderada durante 5 a 7 días a la semana. Se ha documentado que aumentar la actividad física moderada a 300 min/semana o la actividad vigorosa a 150 min/semana, puede mejorar en mayor proporción los niveles de tensión arterial.

Para finalizar, hay que hacer énfasis en el abandono del consumo de tabaco ya que se relaciona con otras enfermedades que podrían ensombrecer el pronóstico a largo plazo. Para tener éxito en la suspensión del tabaquismo, no solamente es necesario el consejo médico, sino que se ha encontrado que las estrategias farmacológicas con vareniclina y terapia de reemplazo con nicotina o bupropión combinadas con consejería conductual pueden tener una tasa de éxito del 70 al 100%.

Manejo farmacológico óptimo

Desafortunadamente, en la mayoría de los pacientes, las estrategias de cambios en el estilo de vida no son suficientes para el control de la tensión arterial por lo que se deberán añadir fármacos. Dentro de las clases farmacológicas que pueden utilizarse se encuentran los siguientes: inhibidores del sistema renina-angiotensina, antagonistas de canales de calcio y diuréticos tiacídicos, entre otros. En la siguiente sección desarrollaremos sus principales características y efectos adversos, mientras que las dosis se muestran en el Cuadro 1.


Cuadro 1.  Dosis y frecuencia de administración de los principales fármacos para el manejo de la hipertensión arterial sistémica
Clase FÁrmaco Dosis usual (mg/día) Frecuencia Comentarios
Agentes de primera línea
Tiazidas Clortalidona
Hidroclorotiazida
Indapamida
Metolazona
12.5-25
25-50
1.25-2.5
2.5-5
1
1
1
1
La clortalidona se prefiere porque tiene mayor vida media y ha demostrado reducción en enfermedad cardiovascular.

Monitorear hiponatriemia e hipopotasiemia, ácido úrico y niveles de calcio.
IECA Benazepril
Captopril
Enalapril
Fosinopril
Lisinopril
Moexipril
Perindopril
Quinapril
Ramipril
Trandolapril
10-40
12.5-150
5-40
10-40
10-40
7.5-30
4-16
10-80
2.5-20
1-4
1-2
2-3
1-2
1
1
1-2
1
1-2
1-2
1
No usar en combinación con ARA o inhibidores directos de la renina.

Aumenta riesgo de hiperpotasiemia.

Puede causar lesión renal aguda en estenosis renal bilateral.

No usar si hay antecedente de angioedema.

Evitar en embarazo.
ARA Azilsartán
Candesartán
Eprosartán
Irbesartán
Losartán
Olmesartán
Telmisartán
Valsartán
40-80
8-32
600-800
150-300
50-100
20-40
20-80
80-320
1
1
1-2
1
1-2
1
1
1
No usar en combinación con IECA.

Aumenta riesgo de hiperpotasiemia.

Puede causar lesión renal aguda.

No usar si hay antecedente de angioedema.

Evitar en embarazo.
Antagonistas de canales de calcio dihidropiridínicos Amlodipino
Felodipino
Isradipino
Nicardipino SR
Nifedipino LA
Nisoldipino
2.5-10
2.5-10
5-10
60-120
30-90
17-34
1
1
2
2
1
1
Evitar en pacientes con ICC con fracción de expulsión disminuida.

Puede asociarse a edema de miembros inferiores, más común en mujeres.
Antagonistas de canales de calcio no dihidropiridínicos Diltiazem ER
Verapamil IR
Verapamil SR
Verapamil ER
120-360
120-360
120-360
100-300
1
3
1-2
1
Evitar combinación con betabloqueadores.

No usar en ICC con FEVI reducida.

Interacción con CYP3A4.
Agentes de segunda línea
Diuréticos de asa Bumetanida
Furosemida
Torsemida
0.5-2
20-80
5-10
2
2
1
Diuréticos de elección en pacientes con ICC sintomática.
Diuréticos ahorradores de potasio Amilorida
Triamtereno
5-10
50-100
1-2
1-2
Evitar en pacientes con TFG < 45 mL/min.
Diuréticos antagonistas de receptores de aldosterona Eplerenona
Espironolactona
50-100
25-100
1-2
2
Agentes preferidos en aldosteronismo primario.

La espironolactona tiene mayor riesgo de ginecomastia que eplerenona por ser no selectivo.
Betabloqueadores cardioselectivos Atenolol
Betaxolol
Bisoprolol
Metoprolol, tartrato
Metoprolol, succinato
25-100
5-20
2.5-10
100-200
50-200
2
1
1
2
1
No se recomiendan de primera línea.

Evitar en pacientes con EPOC o asma.

Usar en ICC con FEVI reducida metoprolol succinato o bisoprolol.

Evitar cese abrupto.
Betabloqueadores cardioselectivos y vasodilatadores Nevibolol 5-40 1 Vasodilatación inducida por óxido nítrico.

Evitar cese abrupto.
Betabloqueadores no cardioselectivos Nadolol
Propranolol IR
Propranolol LA
40-120
80-160
80-160
1
2
1
Evitar en pacientes en enfermedad de vía aérea.

Evitar cese abrupto.
Betabloqueadores con actividad simpaticomimética intrínseca Acebutolol
Penbutolol
Pindolol
200-800
10-40
10-60
2
1
2
 
Betabloqueadores combinados Carvedilol
Carvedilol fosfato
Labetalol
12.5-50
20-80
200-800
2
1
2
Carvedilol se previere en ICC con FEVI reducida.

Evitar cese abrupto.
Inhibidores directos de la renina Aliskirén 150-300 1 No usar en combinación con IECA o ARA II.

Aumenta riesgo de hiperpotasiemia.

Puede causar lesión renal aguda en estenosis de arterias renales.

Evitar en embarazo.
Alfa bloqueantes Doxazosina
Prazosina
Terazosina
1-16
2-20
1-20
1
2-3
1-2
Asociado a hipotensión ortostática.
Agonistas alfa 2 y otros fármacos de acción central Clonidina oral
Clonidina parche
Metildopa
0.1-0.8
0.1-0.3
250-1 000
2
1 semanal
2
Evitar cese abrupto por hipertensión arterial de rebote.
Vasodilatadores directos Hidralazina
Minoxidil
100-200
5-100
2-3
1-3
Asociado a taquicardia refleja. Usar con betabloqueador.

Hidralazina se asocia a síndrome seudolúpico.

Minoxidil causa hirsutismo.


Bloqueadores del sistema renina-angiotensina

Este rubro se integra por los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA), los cuales tienen una eficacia similar, como fue demostrado en los estudios ONTARGET y AASK, sobre todo en cuanto a las tasas de disminución de albuminuria tanto en pacientes diabéticos como los no diabéticos, además de la regresión de la hipertrofia y mejoría de la función ventricular izquierda junto con reducción en la incidencia de fibrilación auricular. Cabe resaltar que administrar un IECA o un ARA, o combinarlos con aliskiren, no proporciona ningún beneficio, sólo aumentan la mayor tasa de lesión renal aguda e hiperpotasiemia, por lo que su combinación se encuentra contraindicada y deberá suspenderse si está prescrita.

Entre los efectos adversos más comunes se encuentra la tos, principalmente con los IECA. En este caso se deberá hacer un cambio por medio de un ARA. Ambos tipos de medicamentos pueden ocasionar un ligero incremento en la creatinina, sin embargo, deben continuarse a menos que este cambio sea mayor al 30% de los niveles basales durante las primeras tres semanas. Por último, es de resaltar que este tipo de medicamentos se encuentran prohibidos durante el embarazo debido al riesgo de agenesia renal y otros defectos congénitos.

Antagonistas de canales de calcio

Su mecanismo de acción se basa en el bloqueo de la abertura de los canales dependientes de voltaje en los miocardiocitos y en el músculo liso vascular, lo que ocasiona descenso de la tensión arterial por medio de vasodilatación arterial periférica. Una de las grandes ventajas es que no requieren de monitoreo por medio de estudios de laboratorio, además de que poseen propiedades antianginosas y antiarrítmicas. Su efectividad es comparable a la de los IECA y diuréticos tiacídicos, con la ventaja de una mayor prevención de eventos vasculares cerebrales isquémicos, además de una relación favorable en cuanto al costo-beneficio. Su principal efecto adverso es el edema de miembros inferiores, el cual depende de la dosis, es decir, que es más común con 10 que con 2.5 mg, y que puede mejorar con la administración concomitante de IECA o ARA. Otros efectos adversos son la hiperplasia gingival y la aparición de bloqueos de la conducción cardiaca.

Diuréticos tiacídicos

Esta clase constituye otra de las piedras angulares en el tratamiento farmacológico y tiene ventajas en la prevención de la aparición de insuficiencia cardiaca. Existe un gran debate en cuanto al tipo de diurético tiacídico ideal, ya que se han encontrado grandes beneficios con la administración de indapamida y clortalidona, no obstante, nunca se ha hecho una comparación directa entre éstos y los medicamentos clásicos: hidroclorotiazida y bendrofluorazida. Debido a la sinergia con el resto de clases farmacológicas para el tratamiento de la hipertensión, han sido utilizados en varias combinaciones. Su mecanismo de acción se basa en el bloqueo del cotransportador de NaCl en el túbulo contorneado distal. Dentro de sus efectos adversos se debe mencionar que pueden incrementar la intolerancia a la glucosa, generar hipopotasiemia, hipomagnesiemia e hiponatriemia, además de precipitar ataques de gota y elevar los lípidos séricos, además de disfunción eréctil.

Betabloqueadores

Este tipo de medicamentos ha demostrado disminuir la aparición de insuficiencia cardiaca y evento vascular cerebral isquémico, tienen el mayor beneficio en personas con infarto de miocardio, para el control de frecuencia cardiaca y en angina crónica estable. Otro de sus nichos se encuentra en las pacientes embarazadas o en mujeres en edad reproductiva. Evidentemente existen diferencias entre los betabloqueadores que dependen de su selectividad; por ejemplo, el nevibolol demostró tener efectos favorables en la presión aórtica central y disfunción endotelial. Dentro de los efectos adversos se encuentran el broncoespasmo y el retardo en la conducción cardiaca.2-4

Otros fármacos

Los antagonistas de aldosterona pueden ser un complemento muy útil, sobre todo en casos de difícil control. El estudio PATHWAY-2 demostró que el añadir espironolactona, en casos de hipertensión resistente, fue superior a doxazosina y bisoprolol. Dentro de esta clase debemos destacar que la eplerenona tiene menos efectos sexuales, como ginecomastia, disfunción eréctil o sangrado uterino, que la espironolactona. Por otra parte, los bloqueadores alfa pueden requerirse en casos especiales, como lo es en la hiperplasia prostática y enfermedad renal crónica. Por último, los vasodilatadores directos, principalmente la hidralazina, puede utilizarse en casos de hipertensión severa durante el embarazo o en preeclampsia.

¿Cómo controlar adecuadamente la hipertensión?

Independientemente de la región del mundo, se ha encontrado que sólo cerca de 40% de los pacientes tienen tratamiento farmacológico y, lamentablemente, sólo 35% tienen tensión arterial < 140/90 mm Hg. Es para destacar que las mejores estrategias terapéuticas son aquellas que fomenten el uso de combinaciones de medicamentos, especialmente se buscan metas más bajas de tensión arterial. Debe quedar claro que se debe iniciar manejo farmacológico en los pacientes con hipertensión arterial grados 2 ó 3 con cualquier nivel de riesgo cardiovascular, todo esto en combinación con los cambios en el estilo de vida y se deben seguir los parámetros y secuencias establecidas en las Figuras 1 y 2.


Figura 1

 Manejo de la hipertensión arterial.

Manejo de la hipertensión arterial.



Figura 2

 Tratamiento farmacológico para hipertensión no complicada.

Tratamiento farmacológico para hipertensión no complicada. IECA, inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina; ARA, antagonista del receptor de angiotensina II.



Las combinaciones más recomendadas son las que utilizan un inhibidor del sistema renina-angiotensina junto con un calcioantagonista o un diurético tiacídico. Además, es importante señalar que la monoterapia puede utilizarse en pacientes de bajo riesgo con hipertensión grado 1, pacientes de muy alto riesgo con tensión arterial normal alta, y en pacientes de edad avanzada y con fragilidad. En dado caso de que la tensión arterial no se pueda controlar con una estrategia de dos fármacos, se podrá hacer una combinación con un bloqueador del sistema renina-angiotensina más un calcioantagonista y un diurético tiacídico.

Los casos difíciles: hipertensión resistente

Esta entidad se caracteriza por tener descontrol de la tensión arterial, definido por no alcanzar niveles < 140/90 mm Hg, confirmado por monitoreo automatizado de la tensión arterial o monitoreo en casa, además de tener confirmación de un adecuado apego al tratamiento médico. El tratamiento óptimo deberá incluir las modificaciones en el estilo de vida y la administración a dosis óptimas de al menos tres fármacos. Se calcula que esta entidad tiene una prevalencia real menor al 10% y que los factores de riesgo para su aparición son edad > 75 años, sexo masculino, origen afroamericano, obesidad, diabetes y enfermedad aterosclerótica. Para su diagnóstico se deberá descartar lo siguiente: pobre adherencia al tratamiento, fenómeno de bata blanca, fallas en la técnica de la toma de tensión arterial, calcificación de arterias braquiales, consumo de retenedores de sodio, productos herbolarios y drogas de recreación, apnea obstructiva del sueño y daño a órgano blanco, principalmente a nivel renal.

Para el tratamiento de este padecimiento se tiene que enfatizar en el apego estricto a los cambios en el estilo de vida, sobre todo en cuanto a la regulación del consumo de sodio y descontinuar las sustancias que pueden interferir con el adecuado control de cifras tensionales. Se ha encontrado que la estrategia más efectiva ha sido añadir un segundo diurético, como espironolactona, para disminuir la sobrecarga de volumen. A pesar de esto, debe tenerse en cuenta que no todos los pacientes tolerarán la administración de esta nueva clase farmacológica debido a sus efectos antiandrogénicos, además de que requieren una función renal ≥ 45 mL/min y potasio sérico < 4.5 mmol/L; en el último caso podrá intentarse la administración de diuréticos de asa. Para finalizar, hay que mencionar que se pueden añadir betabloqueadores y doxazosina en casos seleccionados.

Consideraciones especiales en grupos de riesgo

Las guías y los estudios están enfocados en cubrir a la mayor parte de la población, sin embargo, es importante mencionar ciertos grupos que han tenido comportamientos diferentes en cuanto al tratamiento antihipertensivo.

En primer lugar, varios ensayos clínicos han hecho mención especial acerca de los pacientes de raza negra, sobre todo en estudios como ALLHAT, AASK y SPRINT. Esta población tiene una mayor prevalencia de hipertensión enmascarada y de predominio nocturno, además de que se ha comprobado que los IECA tienen menor protección cardiovascular que los antagonistas de canales de calcio o los diuréticos.

Otro grupo de relevancia lo constituyen las mujeres, en este caso trataremos dos situaciones en particular: la hipertensión asociada al consumo de anticonceptivos orales o a la terapia de reemplazo hormonal, y por otro lado, los trastornos hipertensivos del embarazo. En el primer rubro, los anticonceptivos que contienen estrógenos pueden ocasionar hipertensión leve y la tensión arterial se normalizará a los seis meses de descontinuar el tratamiento en aproximadamente el 50%. En cuanto a los trastornos hipertensivos del embarazo, se pueden identificar cuatro categorías: preeclampsia, hipertensión crónica, hipertensión crónica con preeclampsia e hipertensión gestacional. La preeclampsia se diagnostica cuando se cumplen los siguientes criterios: tensión arterial > 160/110 mm Hg a pesar del reposo con proteinuria, o hipertensión con daño a órgano blanco (trombocitopenia, alteración en la función hepática, lesión renal, edema pulmonar o alteraciones cerebrales o visuales) con o sin proteinuria sobreagregada.

Por otra parte, la hipertensión gestacional se refiere a la elevación en la tensión arterial después de las 20 semanas, definida con niveles > 140/90 mm Hg, aumento en la tensión arterial sistólica > 30 mm Hg o la tensión arterial diastólica > 15 mm Hg respecto a la basal, o tensión arterial media > 95 mm Hg en el segundo trimestre o > 105 mm Hg en el tercer trimestre. Mientras tanto, la hipertensión crónica es aquella que tuvo inicio antes del embarazo o se mantiene posterior a 12 semanas posparto. En toda paciente embarazada debe hacerse un interrogatorio dirigido a descubrir si tiene los siguientes factores de riesgo: edad menor a 20 o mayor a 35 años, antecedentes familiares de hipertensión gestacional, hipertensión preexistente, obesidad, diabetes y presencia de anticuerpos antifosfolípidos. El tratamiento definitivo para la preeclampsia es la terminación del embarazo y como fármacos para el control de la tensión arterial se ha utilizado metildopa, labetalol y sulfato de magnesio.

Manejo de una crisis hipertensiva

Una crisis hipertensiva se puede definir como un episodio caracterizado por aumento súbito y severo de la tensión arterial, el cual puede tener o no daño a órganos como cerebro, corazón, riñón, retina o los vasos sanguíneos. Cuando existe daño a órgano blanco se denomina emergencia hipertensiva, y deberá tratarse de inmediato, mientras que cuando no haya daño a otros órganos, se llamará urgencia hipertensiva y la tensión arterial podrá reducirse de manera más lenta, aproximadamente en 24-48 h.

En pacientes con emergencias hipertensivas con daño documentado a nivel de retina, los fármacos de primera línea son labetalol, nitroprusiato y nicardipino. Por otra parte, cuando hay encefalopatía por elevación de la tensión arterial, se utilizará preferentemente labetalol, con la meta de disminuir las cifras 10% en la primer hora y 15% en las siguientes 12 h, sin disminuir más allá de 160/110 mm Hg.5 El tratamiento se detalla más a fondo en los Cuadros 2 y 3.


Cuadro 2.  Terapéutica recomendada en emergencias hipertensivas
Tipo de emergencia Objetivos de tensiÓn arterial Primera línea de tratamiento
Emergencia hipertensiva con retinopatía o lesión renal aguda Disminución de la tensión arterial media 20-25% Labetalol
Encefalopatía hipertensiva Disminución inmediata de la tensión arterial media 20-25% Labetalol
Disección aórtica aguda Disminución inmediata de la tensión arterial sistólica a < 110 mm Hg Nitroprusiato + metoprolol
Edema agudo pulmonar Disminución inmediata con el objetivo de una tensión arterial media de 60-100 mm Hg Nitroprusiato con diurético de asa
Síndrome coronario agudo Disminución inmediata con el objetivo de una tensión arterial media de 60-100 mm Hg Nitroglicerina
Evento vascular cerebral isquémico con tensión arterial < 220/120 mm Hg En la primera hora disminuir 15% la tensión arterial media Labetalol
Hemorragia cerebral con tensión arterial sistólica < 180 mm Hg o tensión arterial media < 130 mm Hg En la primera hora disminuir la tensión arterial sistólica a < 180 mm Hg y la tensión arterial media a < 130 mm Hg Labetalol
Evento vascular cerebral con indicación para trombólisis y tensión arterial > 185-110 mm Hg En la primera hora disminuir 15% la tensión arterial media Labetalol
Intoxicación por cocaína o éxtasis (3,4 metilendioximetanfetamina) Disminuir la tensión arterial sistólica a
< 140 mm Hg
Fentolamina
Crisis por feocromocitoma Disminución inmediata de la tensión arterial Fentolamina
Hipertensión perioperatoria durante o después de revascularización cardiaca Disminución inmediata de la tensión arterial Nicardipino
Hipertensión perioperatoria en craneotomía Disminución inmediata de la tensión arterial Nicardipino
Preeclampsia/eclampsia Disminución inmediata para lograr cifras
< 160/105 mm Hg
Labetalol (se puede considerar el uso simultáneo de sulfato de magnesio y antihipertensivos orales)


Cuadro 3.  Medicamentos utilizados en crisis hipertensivas
Medicamento Tiempo de inicio de acción Vida media Dosis Contraindicaciones y efectos adversos
Labetalol 5-10 min 3-6 h 0.25-0.5 mg/kg; 2-4 mg/min hasta que se alcance la meta; después 5-20 mg/h Bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado; falla sistólica, bradicardia
Nicardipino 5-15 min 30-40 min 5-15 mg/h en infusión, comenzando a 5 mg/h, aumentar 2.5 mg cada 15-30 min hasta que se alcance la meta, después disminuir a 3 mg/h Insuficiencia hepática
Nitroprusiato Inmediato 1-2 min 0.3-10 µg/kg/min, aumentar 0.5 µg/kg/min cada 5 min hasta que se alcance la meta Insuficiencia renal o hepática, toxicidad por cianuro
Nitroglicerina 1-5 min 3-5 min 5-200 µg/min, incrementar 5 µg/min cada 5 min  
Esmolol 1-2 min 10-30 min 0.5-1 mg/kg en bolo; 50-300 µg/kg/min en infusión continua Bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado; falla sistólica, bradicardia
Fentolamina 1-2 min 3-5 min 1.5 mg, repetir cada 5-15 min hasta que la meta se alcance; 0.5-1 mg/h en infusión continua Taquiarritmia, angina


Conclusiones

La hipertensión arterial es una enfermedad de alta prevalencia que requiere un conocimiento profundo de sus mecanismos fisiopatológicos para establecer una adecuada estrategia de control. Se debe promover la modificación en los hábitos de la vida diaria para controlar las variables que más causan descontrol hipertensivo, sin embargo, en una gran cantidad de personas esto no será suficiente, por lo que se debe tener en cuenta que tanto los IECA, como los ARA, los antagonistas de canales de calcio y los diuréticos tiacídicos tienen efectos comparables. Actualmente, con el objetivo de tener un mejor control y apego al tratamiento médico, concordamos con las recomendaciones internacionales, las cuales establecen que se debe iniciar con terapia doble y sucesivamente ir sumando fármacos para evitar complicaciones a largo plazo.



Referencias

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  2. Opie LH, Gersh BJ. Drugs for the heart. 8th ed. China: Elsevier Saunders.
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  5. Marik PE, Varon J. Hypertensive crises: Challenges and management. Chest. 2007;131:1949-1962.
  6. Campos-Nonato I, Hernández-Barrera L, Pedroza-Tobías A, et al. Hipertensión arterial en adultos mexicanos: Prevalencia, diagnóstico y tipo de tratamiento. Ensanut MC 2016. Salud Pub Mex. 2018;60:233-243.

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